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Arboles

En un día como hoy, me di cuenta de un genocidio, miles de árboles serían talados, por el avance de la modernidad, necesitamos seguir produciendo, necesitamos seguir gastando energía, necesitamos seguir desvinculándonos de la naturaleza, necesitamos justificar los gastos asociados a la modernidad y no somos capaces de enfrentar la realidad, no somos capaces de ver la desigualdad, no somos capaces de ver el amor por el prójimo, no somos capaces de sonreír por el bien común, a dónde va a llegar la modernidad, ¿Qué nos pasa? ¿Las ciudades están colapsadas de inhumanidad? ¿Los ríos se están ahogando de desechos que no vemos? ¿El cielo ayuda a no ver la maldad?

Los cielos reflejan la luz de mil colores que nos transportan a otros tiempos mejores, cuesta ver la realidad, todos creemos que hacemos el bien, todos tratamos de amar, todos tratamos de que alguien nos ame, ¿Dónde está el verdadero amor?

Es increíble como el pensamiento transgrede la palabra y nos confesamos antes de cometer las atrocidades más grandes de la humanidad, así no quiero vivir, quizás muchos de nosotros solo sobrevivimos para contar las horas de los días que nos quedan.

Como decía un amigo mío, “la maldad humana no tiene límites”, es un acto de controlar la precariedad de la vida para ejercer un poder absoluto por la codicia, creo que debemos salvar lo que queda de los árboles en nuestro territorio, sin siquiera recurrir a lo externo de las ciudades, en nuestro mismo entorno he visto cómo podan los árboles de nuestras calles dejándolos ebrios de cólera por el daño recibido y solo por unos cables que nos comunican o nos entregan energía.

Estamos quedando insensibles a lo único que nos abastece de pensamientos positivos, nuestra naturaleza.

Jorge Bremer, agosto 2011.

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