Moby Dick – La ballena blanca que vivío alrededor de Isla Mocha

En el año 2005 partí con mi mujer y mis dos hijos pequeños a la ciudad de Santiago, fuimos a ver una exposición al Museo de Bellas Artes, creo que yo era el mas interesado, en realidad es relevante cuando un Artista viene a este País tan lejano, para mi fue inesperado ver una muestra de Frank Stella, creo que estuve sentado varias horas viendo repetitivamente el video en que él aparece trabajando en su Taller, todo era un sueño hecho realidad, las pinturas de gran formato y con volumen, lienzos enormes para mí, incluso donde Frank se sale de los limites del bastidor, usando varias técnicas al mismo tiempo, en el video constate la singularidad de ver el oficio, de poder graficar y luego imprimir los distintos papeles, cartones y telas, la infraestructura era colosal, quizas de la misma linea que la imprenta del diario de mayor circulación de nuestro País, claro, somos apenas 16.000.000 de habitantes, e ingresan a nuestro territorio apenas unos 3.500.000 de turistas, somos entonces un País aislado al sur del mundo, no estamos preparados para recibir mas turistas, a pesar de contar con paisajes diversos con distintos climas, incluso tenemos los mejores cielos despejados del Planeta en el norte de Chile, vamos a ser una potencia para descubrir el universo, pobres no lo somos, si contamos con una desigualdad de las mas atroces del Mundo, es la plena ignorancia que nos une como sociedad, es la verdad, de contar con todos los parámetros de la mayor cantidad de familias en campamentos, estos bordean las periferias de nuestras áreas metropolitanas, y no tenemos la capacidad de disolver estos getos  urbanos, por que las personas con muchos esfuerzos han construidos mas metros cuadrados que los distintos subsidios que entrega el Gobierno, pero no todo es tan malo, las personas en Chile, son cariñosas, te ofrecen un tecito si te ven despistado, buscando alguna dirección equivocada, estas mismas personas son con un alto indice de solidaridad, en momentos de crisis, por los tipos de eventos que se concentran en nuestra diversa geografía,  aluviones, las personas viven en los cursos de las quebradas por donde bajan eventualmente las aguas destrozando todo a su paso, terremotos, los Chilenos nos caracterizamos por bailar con la tierra, esta se mueve de tal manera que uno no se queda en pie, este signo nos enseñaron desde pequeños que debemos partir de inmediato hacia las alturas en los cerros que rodean nuestras ciudades costeras, ya que viene un tremendo tsunami, sin sospechar que estos eventos teluricos podran activar las cumbres mas altas de nuestros volcanes, aqui si que se evacua a la localidad por completo en un radio de 20 a 30 km de la erupción, nuestro clima esta cambiando, lo anunciaron los cientificos, esos señores que dedican su tiempo y espacio a generar sabiduria, y nadie les hace caso, somos muy basicos, estamos todavia atrasados unos dos siglos, estamos preocupados de donde vamos a trabajar, de que manera vamos a resolver nuestras enfermedades, nuestra educación, a que colegio puedo ingresar, luego a que universidad podre asistir, en que lugar de las grandes ciudades que no son muchas vamos a levantar nuestras viviendas, todavia como sociedad no tenemos la capacidad de pensar, solo reaccionamos a los distintos eventos que se nos presentan, por eso que es tan importante esta ballena blanca que hoy surca nuestros pensamientos avisandonos de todo lo que nos sucedera en algun tiempo más, quizas los escritores saben que nosotros mismos, pero como nadie tiene el habito de leer, quedamos en manos de extranjeros que vienen a planificar nuestras propias vidas, como ha pasado con los distintos minerales (Hoy el Cobre) o nuestros bosques, donde la mayoria de la producción se exporta en distintos tipos de tableros y celulosa para las distintas maneras de comunicarnos, incluso yo con mi ultimo cuadro Bem Bem, en que use el carton corrugado, con la imagen de un bello caballo, estos caballos son como las flores de Piet Modrian, pero lo importante no es la ballena, no es el territorio de la Isla Mocha, está ubicada en la costa de Chile, frente al límite de la Región del Bío Bío y la Región de la Araucanía, a 34 kilómetros de la ciudad de Tirúa. Administrativamente depende de la Región del Bío Bío. Su ubicación geográfica exacta es 38º23’06”-latitud sur y 73º52’00” longitud oeste.

El puerto Chileno de Talcahuano y sus alrededores se configuraron, en la primera mitad del siglo XIX, como el gran centro ballenero del Pacífico, en torno a las islas Santa María, Quiriquina y Mocha, se cazaban y faenaban gran cantidad de cetáceos. Estas cacerías eran realizadas con barcos que perseguían por años a los cetáceos a través de los mares. No era un oficio fácil: se trataba de una lucha enconada, que a veces terminaba en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, entre hombre y ballena.   Melville se basó en su propia experiencia a bordo de un barco ballenero, en las costas Sudamericanas, pero sin duda el ballenero Norteamericano Essex fue embestido por un cachalote en aguas Chilenas del Pacífico Sur, algunos de sus malogrados sobrevivientes fueron rescatados cerca de la isla Santa María y otros, llevados a Valparaíso.  También Jeremiah Reynolds doce años antes de la novela de Melville, publica “Mocha Dick” en 1810, fue vista y atacó cerca de la isla Mocha. Numerosos botes resultaron destrozados por su inmensa cola, o molidos en pedazos al ser mordidos por sus poderosas mandíbulas…

Lo que quería rescatar es que siempre miramos nuestro territorio desde la tierra, jamás lo hemos avistado desde el mismo mar, nuestro Océano Pacífico, jamás hemos navegado por sus aguas, somos pocos los que oportunidades no hemos dejado pasar, en mi juventud (Mientras estaba en el Colegio a dos años de salir) me gane un Premio en un Concurso de Pintura, todavía recuerdo a mi Profesor Talanga, que me dijo, “Jorge enviare tu dibujo a la témpera, al Concurso de la Sudamericana de Vapores”  obtuve el premio, sarpe en barco desde el Puerto de Valparaiso hacia el Sur de Chile, viaje por los mismos lugares de Moby Dick, la imagine siempre, con nostalgia la recuerdo, fue un viaje inolvidable, el barco se cabeceaba dando tumbos enfrentando las gigantes olas, quede impresionado amanecer en medio de la nada misma, sin avistar territorio de tierra a ningún lado, es magico, solo el cielo, el mar y yo, y en las bellas noches reconocer las estrellas que nos guiaban el rumbo, la presión era del mar agitado, el viento enarbolado y el silencio dentro de mi alma, por salvar mi bella existencia, algún día tocaremos tierra, los Puertos visitados eran un mar de marineros rudos, hombres que al menor desprecio sacan sus cuchillos, incluso presencia una ruda pelea de lejos, siempre astuto por sobrevivir, he tenido mucha suerte en mi vida, he conocido lugares maravillosos, que nunca he logrado olvidar, tengo una memoria fotográfica, puedo regresar a cualquier lugar visitado cuando niño y me desenvuelvo como pez en el agua, incluso si todo se me olvida, lo invento, invento las calles, dibujó los árboles, recorro los perfiles de las cumbreras de las techumbres de las casas, puedo oler el humo de invierno saliendo por sus magníficas chimeneas, y mi instinto puede seguir con mi olfato el olor a nuestro pan batido, tan añorado por todos, desde muy chico, cruzaba varias cuadras desde mi casa hasta la panadería de cinco norte con tres poniente a comprar el pan recién salido.  En que momento me hice artista, creo que uno nace con esta designación y va por la vida tratando de obtener la información básica que te conduce a pintar, claro que de observador me pasa, en mi barrio que en realidad era un pasaje entre dos calles perpendiculares al mar, la mayoría de los vecinos eran mayores y todos conversaban de la famosa Escuela de Arquitectura de la Universidad Catolica de Valparaiso, al final fracasaron y yo quedé incluso seguí,  no como el pololo de mi hermana que tuvo que irse, porque era una Escuela Especial, donde me forme como adulto, en medio de rituales para generar situaciones de arte, situaciones de ver más allá de lo que todos pueden ver o imaginar, gracias a un grupo de Profesores que me enseñaron a mirar, me enseñaron a ver, me enseñaron a observar, por eso en las noches mas profundas de mi viaje en barco al sur de Chile, pude observar nuevamente a Moby Dick, este fue mi sueño en ese espacio donde vino Frank Stella a exponer.